viernes, 22 de enero de 2010

La foto más memorable.

Seguramente, el reciente terremoto que ha sufrido Haití, sea el desastre natural que más medios de comunicación ha movilizado. Fotógrafos, periodistas, cámaras, etc. nos transmiten imágenes y crónicas de las escenas de horror, muerte y caos que se han producido, y se siguen produciendo. Por eso imágenes como la de personas salvadas de las garras de la muerte por los equipos de rescate nos impactan tanto y nos hacen pensar que el ser humano es capaz de ofrecer, en los peores momentos, lo mejor de su condición. Todos, supongo, hemos visto al niño rescatado por un bombero español (fue de las primeras buenas noticias que nos llegaron del país caribeño). Conforme pasaba el tiempo, las esperanzas de encontrar alguien con vida iban dramáticamente disminuyendo hasta casi desaparecer. Pasados ocho días del terremoto, Matthew McDermott, fotógrafo estadounidense acompañaba a un grupo de la "New York Task Force" que buscaba, entre los escombros, a un niño que, según los vecinos de la zona, se encontraba vivo debajo de kilos y kilos de cascotes. Matthew tomó esta fotografía en el momento en que la criatura, escuálida y casi esquelética, es izada por un bombero de nuevo a la vida en presencia de su madre. Fijaros en la expresión del niño; su rostro y, sobre todo, en los brazos, que intentan medir la inmensa alegría que siente. Dice Matthew que, probablemente esta sea la "imagen más memorable de su carrera". Puede que gane, creo que merecidamente, el "Pulitzer" o el "World Press Photo". Para el pequeño Kiki, el niño, esta puede ser la imagen más memorable de su vida.
Una de las fotos más hermosas que he visto nunca

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